Por Ferney Yesyd Rodríguez
La quinta razón por la que no creo en Ganesha, ni en Jesús es que pienso que el mundo está mejor sin que creamos en dioses. Si pusiéramos un punto rojo en un mapamundi en cada lugar donde hay un conflicto armado y violación de los derechos humanos, sin lugar a dudas muchos de estos puntos corresponden a conflictos religiosos. La mayoría de ellos en el borde de la expansión del Islam: Cachemira, Filipinas, Nigeria, Somalia, Indonesia. Pero también habría muchísimos puntos rojos en países ya islamizados, como Irak, a causa de los carros bombas entre chiitas y sunitas, cuya cuenta ya perdí. Esto muestra que dentro del mismo Islam no existe la paz que le quieren imponer al mundo por la fuerza.
La historia de Europa antes del laicismo también me apoya: La persecución de judíos a manos de cristianos, la masacre de hugonotes en Francia en manos de católicos, o de albigenses también a manos de católicos. Súmenle a la anterior lista la expansión del Islam en el Viejo Mundo y el avasallamiento de los pueblos indígenas de América, África y Australia por los colonos cristianos. La idea de la adoración correcta a un dios, o la del dios verdadero, ha llevado y lleva a un derramamiento de sangre cruel y cuando menos ha producido la discriminación de los hombres de ciencia, del que cree otra cosa, de las mujeres, de los homosexuales, y de los ateos.
Con frecuencia sacerdotes, pastores y rabinos nos dicen que la religión es un baluarte para los valores morales de la sociedad. Pero, ¿qué tiene creer en que Jesús no fue tan solo un humano sino qué es dios, con la práctica de la generosidad, la honradez y la responsabilidad? El argumento teísta, hecho famoso por Dostoievski, "de no existir Dios todo nos seria permitido", se cae al analizar casos como los de Suecia, Noruega, Dinamarca o Nueva Zelanda. Estas naciones tienen un gran porcentaje de no religiosos y ateos, y no están sumidas en el caos. De hecho tienen un nivel de vida muy alto, además de ser reconocidos por su orden y civismo. De ser cierto el argumento teísta las cárceles del mundo estarían llenas de ateos y agnósticos, pero este no es el caso. De hecho los países más fuertemente religiosos, como el musulmán Iraq y el cristiano Estados Unidos muestran altos niveles de violencia.
Tengamos en cuenta que en la moral cristiana consintió la esclavitud y la persecución religiosa por siglos o que la moral católica jamás se ha pronunciado en contra de una práctica tan cruel como es el toreo. La moral islámica permite el castigo físico a las mujeres y convierte a los no musulmanes en personas de segundo rango. Pretender que la moral judeocristiana o la islámica es superior a la moral humanista secular es absurdo. Los ateos también podemos vivir una vida moral y decente sin necesidad de intoxicar nuestro intelecto con mitos de creación y redención.
La sexta razón por la que no creo en Ganesha ni en Jesús es porque el consuelo psicológico de las religiones es un consuelo engañoso.
Para los creyentes de Ganesha y de Jesús, su fe les reporta un alivio psicológico. Podría pensarse que esto es una evidencia de su existencia, pero no lo es. Es solo una explicación del por que persisten estas creencias. Pero incluso, si se analiza de forma escéptica la bondad de las deidades, estas dejarían mucho que desear. Los cristianos toman como verdaderas las palabras de la Biblia, adjudicadas a Jesús que dicen: "¿Acaso no se vende un par de pájaros por unas monedas? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae en tierra, sin el consentimiento del Padre que está en el cielo." ¿Entonces, que podemos decir del par de bombas atómicas que cayeron sobre Hiroshima y Nagasaki?
Ya en la Grecia clásica se había planteado el dilema entre la idea de un dios bondadoso y a la vez omnipotente. Fue Epicuro de Samos quien dijo "¿Está dispuesto Dios a prevenir la maldad, pero no puede? Entonces no es omnipotente. ¿Puede hacerlo, pero no está dispuesto? Entonces es malévolo. ¿Es capaz y además está dispuesto? Entonces, ¿De dónde proviene la maldad? ¿No es él capaz ni tampoco está dispuesto? Entonces, ¿Por qué llamarlo Dios?"
La séptima razón por la que no creo en Ganesha ni en Jesús es que una creencia no debe basarse en el temor. Muchos de los adeptos al dios Jesús predican que para evitar ir al infierno uno debe creer en él. Los creyentes del misógino Alá dicen lo mismo. Los de Ganesha, afortunadamente, no amenazan con la condenación. Aparte de la falta de evidencias aportadas sobre su dios, habrá que añadirles las del infierno.
Algunos cristianos dicen ¿Y qué tal que al morir te des cuenta que Jesús existe y te condenes? Esta no es una buena razón para creer en Jesús. ¿Y qué tal, apreciado cristiano, que al morir te des cuenta que Alá es y dios y te condenes por haber creído en la trinidad, en que Jesús es dios, y por no haber aceptado el Corán? ¿Y qué tal que al morir te encuentres con Anubis, el dios egipcio con cabeza de chacal, conduciendo tu espíritu para ser puesto en la balanza, y decida que no fuiste los suficientemente bueno, porque en vez de apadrinar a un niño huérfano o ayudar a las victimas de un desastre natural decidiste darle el 10% de tus ingresos a los pastores cristianos?
Creer en Ganesha, Jesús, Alá, Bachué o los unicornios es resultado de un acto de fe y por lo tanto ajeno a la razón. Ser ateo es no creer en dioses, y no es cuestión de rebeldía. Ser ateo es cuestión de honestidad intelectual frente a la ausencia de evidencias aportadas por los creyentes. Es cuestión de racionalidad frente a los credos religiosos, que ignoran que la investigación escéptica, la búsqueda de evidencias y la promoción de valores humanistas son más útiles que el anquilosamiento en la visión, tanto del mundo como moral, de personas que vivieron en un pasado ignorante, y con menos derechos humanos. Ser ateo es tener el intelecto libre
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