10/30/2010

Mujeres mililtares violadas

Las mujeres soldado del Ejército de Estados Unidos en Irak y Afganistán no sólo deben preocuparse por las bombas y las emboscadas del enemigo. También corren el riesgo de ser violadas o acosadas sexualmente por sus propios compañeros.
"The Lonely Soldier: The Private War of Women Serving in Iraq" (El Soldado Solitario: La Guerra Privada de las Mujeres Sirviendo en Irak), un libro basado en 40 extensas entrevistas, trae las historias de mujeres que se desempeñaron como soldado en zonas de combate y cuentan sobre violaciones, abusos y acoso sexual por sus compañeros varones.Uno de cada 10 soldados de Estados Unidos en Irak y Afganistán es mujer, y más mujeres han luchado y muerto en la guerra de Irak que en cualquier otro conflicto desde la Segunda Guerra Mundial, según estadísticas del Departamento de Defensa citadas en el libro.
A algunas, sus oficiales les advirtieron de no ir solas a las letrinas. Una de ellas comenzó a llevar un cuchillo consigo en caso de que fuera atacada por sus compañeros. Otras dicen que se sintieron desalentadas a denunciar los abusos.
"Lo peor de todo es que es su propio bando el que hace eso", dijo la autora del libro, Helen Benedict, una profesora de periodismo en la Universidad de Columbia, Nueva York.El libro fue publicado el miércoles.Uno de cada 10 soldados de Estados Unidos en Irak y Afganistán es mujer, y más mujeres han luchado y muerto en la guerra de Irak que en cualquier otro conflicto desde la Segunda Guerra Mundial, según estadísticas del Departamento de Defensa citadas en el libro.Benedict dijo que el título del libro nació del aislamiento que las mujeres soldado experimentan al tener que manejar el trauma de sus deberes en combate y el acoso sexual.
"Es una situación particularmente trágica porque se supone que todos los soldados deben poder confiar unos en otros para cuidarse mutuamente", comentó Benedict.
"¿Y cómo se puede sentir eso cuando los propios compañeros son los que realizan el acoso, o intentan una violación o ya lo están haciendo?", agregó.
Una de esas soldado, Marti Ribeiro, era sargento de la Fuerza Aérea, la tercera generación en su familia, que sirvió en Afganistán en 2006 como corresponsal de combate con la Décima División de Montaña, integrada en su totalidad por hombres.
Su historia incluye una versión de un ataque y violación que sufrió a manos de un soldado en uniforme mientras vigilaba un puesto.Tras completar su guardia y no bañarse para preservar la evidencia del ataque, lo denunció a las autoridades, sólo para que le dijeran que si presentaba la queja sería acusada de negligencia en el cumplimiento del deber por dejar su arma sin vigilar.
Ribeiro dejó las Fuerzas Armadas.
"Soñaba con convertirme en oficial algún día, como mi padre y mi abuelo", comenta en el libro. "Desafortunadamente, porque soy mujer, esos sueños no se harán realidad", agrega.

SONDEOS RECALCAN PROBLEMA
El número de denuncias de ataques sexuales en el Ejército estadounidense creció un 8 por ciento en 2008 desde el año anterior y un 25 por ciento en Irak y Afganistán, según un informe divulgado en marzo por el Pentágono.
Se registraron 2.908 reportes de ataques sexuales por miembros militares, que incluyen violación, abusos deshonestos e intento de violación, según el informe.
De las 40 mujeres que Benedict entrevistó, que sirvieron entre 2003 y 2006, diez dijeron haber sido violadas, cinco sufrieron abusos sexuales incluido intento de violación y 13 reportaron acoso sexual.
Una nueva obra basada en el libro de Benedict fue llevada al teatro en Nueva York y podría organizarse una gira por el país. Tras una reciente muestra, mujeres soldados abrazaron a las actrices que las interpretaban, algunas de ellas llorando.
Autoridades estadounidenses dijeron que el incremento en el registro de ataques se debía a los esfuerzos por facilitar su reporte.
Cynthia Smith, una portavoz del Departamento de Defensa, dijo que el departamento estaba comprometido en eliminar los abusos sexuales de las Fuerzas Armadas a través de la prevención y políticas de reacción y eliminando los obstáculos para reportar los ataques.
"El objetivo del Departamento de Defensa es establecer un clima de confianza que aliente a las víctimas a reportar el abuso sexual y obtener la ayuda que necesitan", dijo en un correo electrónico.
Benedict y algunos investigadores dicen que las cifras del Gobierno de Estados Unidos son mucho más bajas que las suyas porque Washington sólo tomo en cuentas a aquellas valientes que denuncian los abusos.
El problema no es algo nuevo que haya aparecido en las guerras de Afganistán e Irak.
Un sondeo en el 2003 de más de 550 veteranas militares que sirvieron en las guerras desde Vietnam a la primera del Golfo, mostró que un 30 por ciento dijo haber sido violada o sufrido un intento de violación, mientras que un 79 por ciento reportó acoso sexual, según la publicación American Journal of Industrial Medicine.

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