Al final el DREAM Act fue nada más que un sueño para cientos de miles de jóvenes que quieren ser oficialmente parte de nuestro país. Ellos se criaron y crecieron en esta tierra, pero llevan el estigma de haber sidos traídos ilegalmente, y hoy pagan un alto precio por lo no fueron responsables. La memoria de los votantes no debe olvidar quienes castigaron sin razón a estos jóvenes.
En el pleno del Senado federal ayer ganó la ignorancia, el resentimiento y el miedo. El intenso cabildeo de la administración Obama, las palabras de los jefes militares y los estimados del impacto financiero no pudieron contra los estereotipos, prejuicios y mentiras. Las predicciones de fraude, los escenarios apocalípticos y el mal uso de la palabra amnistía —los jóvenes no violaron ninguna ley— de los opositores fue suficiente.
Tres senadores republicanos votaron en favor de la ley, pero fueron insuficientes. Hace casi 10 años fue precisamente un senador republicano, Orrin Hatch de Utah, quien presentó esta medida. Hatch, como John McCain y otros republicanos que en algún momento vieron con simpatía la causa de estos jóvenes, ayer le dieron la espalda.
Los sondeos de opinión en general son favorables para que estos jóvenes pueda estudiar, ingresar a las fuerzas armadas e integrarse a la tierra que ellos ya sienten como suyas. En este caso prevaleció el ruido de la histeria por sobre el sentido común.
Los votantes no deben olvidar esta frustración. Cuando un partido venga a hablar a los latinos de los valores familiares, hay que recordar como actuaron a la hora de ayudar a estos jóvenes, inocentes de su ilegalidad, de como les prohibieron la educación y se refirieron a ellos como si fueran delincuentes. En las urnas se cobran estas cuentas.
El DREAM Act es una causa justa que no desaparecerá. Esta derrota es un golpe a la aspiración de estos jóvenes que ven su futuro coartado. El rechazo es una barbaridad que atenta contra el país al negar oportunidades a su propios residentes. Esta es una victoria de la ignorancia y una derrota de los valores de EEUU.
No hay comentarios:
Publicar un comentario