“CAPÍTULO 2
“John Podesta, ex jefe de gabinete de Bill Clinton, estaba convencido de que la política debía diseñarse, organizarse y monitorearse a través de un sistema centralizado en la Casa Blanca. Pero Obama tenía en mente a otro para el cargo: Rahm Emmanuel, quien se convirtió en el No. 3 de la Casa Blanca. Ambos eran de Chicago pero no se conocían bien.
“Obama, en su condición de candidato presidencial, le había dicho a David Petraeus en Irak que le pidiera todo cuanto él necesitara si finalmente se convertía en comandante en jefe del ejército. Obama estaba preparado para decir ‘no’ a lo que Bush había dicho ‘sí’.
“Petraeus casi redefinió el concepto de guerra en un nuevo manual de su autoría (Counterinsurgency Field Manual) que puso en práctica en Irak. Su idea principal era que los Estados Unidos no podían salirse de la guerra.
Tenían que proteger y ganarse a la población, vivir entre ellos, para que un gobierno estable y competente pudiera prosperar. El nuevo soldado, según él, debía ser un trabajador social, un planificador físico, un antropólogo y un psicólogo.
“Petraeus tenía pocos hobbys (no pescaba, no cazaba, no jugaba golf). Podía pasar por un hombre de 35 años. Podía correr 5 millas en alrededor de 30 minutos. Obtuvo el grado de Doctor en la Universidad de Princeton. Su padre murió y él decidió permanecer en Irak para supervisar la guerra. Los iraquíes lo llaman el Rey David. Algunos de sus colegas lo llaman La Leyenda de Irak. Pero la presidencia de Obama iba a cambiar el estatus de
Petraeus.
“John Podesta, ex jefe de gabinete de Bill Clinton, estaba convencido de que la política debía diseñarse, organizarse y monitorearse a través de un sistema centralizado en la Casa Blanca. Pero Obama tenía en mente a otro para el cargo: Rahm Emmanuel, quien se convirtió en el No. 3 de la Casa Blanca. Ambos eran de Chicago pero no se conocían bien.
“Obama, en su condición de candidato presidencial, le había dicho a David Petraeus en Irak que le pidiera todo cuanto él necesitara si finalmente se convertía en comandante en jefe del ejército. Obama estaba preparado para decir ‘no’ a lo que Bush había dicho ‘sí’.
“Petraeus casi redefinió el concepto de guerra en un nuevo manual de su autoría (Counterinsurgency Field Manual) que puso en práctica en Irak. Su idea principal era que los Estados Unidos no podían salirse de la guerra.
Tenían que proteger y ganarse a la población, vivir entre ellos, para que un gobierno estable y competente pudiera prosperar. El nuevo soldado, según él, debía ser un trabajador social, un planificador físico, un antropólogo y un psicólogo.
“Petraeus tenía pocos hobbys (no pescaba, no cazaba, no jugaba golf). Podía pasar por un hombre de 35 años. Podía correr 5 millas en alrededor de 30 minutos. Obtuvo el grado de Doctor en la Universidad de Princeton. Su padre murió y él decidió permanecer en Irak para supervisar la guerra. Los iraquíes lo llaman el Rey David. Algunos de sus colegas lo llaman La Leyenda de Irak. Pero la presidencia de Obama iba a cambiar el estatus de
Petraeus.
“CAPÍTULO 3
“El nuevo Director de la CIA, Mike Hayden, viaja a Nueva York para discutir con el Presidente de Pakistán, Asif Ali Zardari, sobre los ataques de los aviones no tripulados ‘Predator’ en el interior de ese país. La gran lección aprendida en la Segunda Guerra Mundial y en Viet Nam era que los ataques desde el aire, incluso los bombardeos masivos, no pueden ganar una guerra.
“Los medios de prensa pakistaníes se preocupaban por el número de víctimas civiles. Pero la muerte accidental de pakistaníes era sólo parte de la historia.
“En una reunión que sostuvo Hayden con el presidente pakistaní, este último le dijo: ‘Mate a los principales. Los daños colaterales les preocupan a ustedes, los estadounidenses. A mí no me preocupan’. Zardari le daba así luz verde a la CIA y Hayden agradeció su apoyo.
“En una de sus largas conversaciones, Obama abordó el tema de Hillary Clinton con David Axelrod, su principal asesor político y el más cercano a él. Éste le preguntaba a Obama cómo podía confiar en Hillary. Obama contestó. “Creo conocerla bien. Si es parte del equipo, va a sernos fiel”.
Ella se mantuvo al lado de su esposo durante el escándalo de Mónica Lewinsky y Obama quedó impresionado por su resistencia. Él necesitaba a alguien con la estatura suficiente como para convertirse en un actor principal en la escena internacional.
“La Clinton no estaba convencida de que ese puesto sería para ella. No existía ninguna reserva de confianza entre el equipo de ella y el de él.
“Vinieron después los problemas con su esposo y los contribuyentes de fuertes sumas para su biblioteca presidencial, su fundación y la Iniciativa Global Clinton. Los abogados de Obama dijeron que estas empresas no podían aceptar dinero si Hillary era nombrada Secretaria de Estado. Ella reconocía que esto era un gran obstáculo pero que no enviaría a Bill a vivir en una cueva durante cuatro u ocho años. ‘No voy a decirle que cancele las
operaciones que tiene en 26 países y que están salvando vidas’, dijo ella. ‘No vale la pena’. Podesta le prometió que trabajarían en eso. “Se preparó un discurso donde ella le daba las gracias a Obama, por teléfono, por haberla tenido en cuenta para el cargo, pero Podesta se encargó de que ambos no pudieran conectarse.
“El ‘no’ de Hillary se transformaba en un ‘quizás’. Marke Penn, el principal estratega de su campaña, pensaba que si se mantenía en el Departamento de Estado durante ocho años, estaría en la mejor posición para nominarse como Presidenta nuevamente. Sólo tendría 69 años, la misma edad de Reagan cuando asumió el poder.”
“El nuevo Director de la CIA, Mike Hayden, viaja a Nueva York para discutir con el Presidente de Pakistán, Asif Ali Zardari, sobre los ataques de los aviones no tripulados ‘Predator’ en el interior de ese país. La gran lección aprendida en la Segunda Guerra Mundial y en Viet Nam era que los ataques desde el aire, incluso los bombardeos masivos, no pueden ganar una guerra.
“Los medios de prensa pakistaníes se preocupaban por el número de víctimas civiles. Pero la muerte accidental de pakistaníes era sólo parte de la historia.
“En una reunión que sostuvo Hayden con el presidente pakistaní, este último le dijo: ‘Mate a los principales. Los daños colaterales les preocupan a ustedes, los estadounidenses. A mí no me preocupan’. Zardari le daba así luz verde a la CIA y Hayden agradeció su apoyo.
“En una de sus largas conversaciones, Obama abordó el tema de Hillary Clinton con David Axelrod, su principal asesor político y el más cercano a él. Éste le preguntaba a Obama cómo podía confiar en Hillary. Obama contestó. “Creo conocerla bien. Si es parte del equipo, va a sernos fiel”.
Ella se mantuvo al lado de su esposo durante el escándalo de Mónica Lewinsky y Obama quedó impresionado por su resistencia. Él necesitaba a alguien con la estatura suficiente como para convertirse en un actor principal en la escena internacional.
“La Clinton no estaba convencida de que ese puesto sería para ella. No existía ninguna reserva de confianza entre el equipo de ella y el de él.
“Vinieron después los problemas con su esposo y los contribuyentes de fuertes sumas para su biblioteca presidencial, su fundación y la Iniciativa Global Clinton. Los abogados de Obama dijeron que estas empresas no podían aceptar dinero si Hillary era nombrada Secretaria de Estado. Ella reconocía que esto era un gran obstáculo pero que no enviaría a Bill a vivir en una cueva durante cuatro u ocho años. ‘No voy a decirle que cancele las
operaciones que tiene en 26 países y que están salvando vidas’, dijo ella. ‘No vale la pena’. Podesta le prometió que trabajarían en eso. “Se preparó un discurso donde ella le daba las gracias a Obama, por teléfono, por haberla tenido en cuenta para el cargo, pero Podesta se encargó de que ambos no pudieran conectarse.
“El ‘no’ de Hillary se transformaba en un ‘quizás’. Marke Penn, el principal estratega de su campaña, pensaba que si se mantenía en el Departamento de Estado durante ocho años, estaría en la mejor posición para nominarse como Presidenta nuevamente. Sólo tendría 69 años, la misma edad de Reagan cuando asumió el poder.”
“CAPÍTULO 4
“James L. Jones, un General retirado, consideraba que el gobierno de Bush era asombrosamente desorganizado y penosamente poco serio en lo que respecta a la paz en el Medio Oriente. Jones dijo que el Consejo de Seguridad de Bush carecía de personal y era disfuncional, y que el asesor para la seguridad nacional tenía que aplicar medidas para garantizar un avance razonable en el logro de los objetivos.
“Un sector demasiado amplio de la política estaba en el módulo de piloto automático, y el asesor de seguridad nacional tenía que encontrar la forma de lograr resultados sin tener que controlar al detalle lo que los diferentes departamentos y agencias debían hacer. Obama preguntaba cómo se debía lograr eso. Convenza a sus subordinados de que la visión de ellos es la suya, le recomendaba Jones. [...] Obama decidió que Jones fuera su asesor para la seguridad nacional.”
“Jones se sorprendió de que Obama lo nombrara para este cargo de tanta responsabilidad y que confiara en alguien que apenas conocía. Jones pensaba que todo se basaba en las relaciones personales, y él no mantenía tales relaciones con Obama.”
“El 26 de noviembre Bush convocó una de las últimas reuniones del Consejo de Seguridad Nacional para analizar un informe muy secreto sobre la guerra en Afganistán, elaborado por el teniente general del Ejército Douglas Lute, conocido como el Zar de la Guerra. El informe concluyó diciendo que los Estados Unidos no podrían mantenerse en Afganistán a menos que se resolvieran tres grandes problemas: mejorar la gobernabilidad, disminuir la corrupción y eliminar los santuarios de los talibanes en Afganistán.”
Viene ahora otro sorprendente episodio, tras el cual estaba la mano del gobierno de Estados Unidos, demostrando el riesgo del que nos habló hipotéticamente el autor de la teoría del “Invierno Nuclear”. Bastaría -nos dijo- una guerra entre Paquistán y la India, los dos países que menos armas atómicas poseen en el Grupo de los 8 que pertenecen al “Club Nuclear”.
Lo que se revela en el libro “Las guerras de Obama”, demuestra que cualquier irresponsabilidad de la política de Estados Unidos puede conducir a la catástrofe.
“Condoleezza Rice no se sintió complacida con el informe. Bush decidió que no iba a hacerlo público. Posteriormente, 10 personas armadas comenzaron a merodear por la ciudad india de Bombay, creando un espectáculo de caos y violencia transmitido en vivo por la televisión durante 60 horas. Seis ciudadanos estadounidenses resultaron muertos. La operación fue organizada por un grupo conocido por la sigla LeT, que significa el Ejército de los Puros, y estaba siendo financiado por la agencia de inteligencia de Pakistán. Bush quería evitar tensiones entre la India y Pakistán. La base de su mandato era cero tolerancias para los terroristas y sus aliados. El FBI se horrorizó al ver que una operación de bajo costo con el uso de la alta tecnología había paralizado a la ciudad de Bombay. Las
ciudades estadounidenses tenían el mismo grado de vulnerabilidad. Un funcionario del FBI expresó: ‘Bombay lo cambió todo.’
“CAPÍTULO 5“James L. Jones, un General retirado, consideraba que el gobierno de Bush era asombrosamente desorganizado y penosamente poco serio en lo que respecta a la paz en el Medio Oriente. Jones dijo que el Consejo de Seguridad de Bush carecía de personal y era disfuncional, y que el asesor para la seguridad nacional tenía que aplicar medidas para garantizar un avance razonable en el logro de los objetivos.
“Un sector demasiado amplio de la política estaba en el módulo de piloto automático, y el asesor de seguridad nacional tenía que encontrar la forma de lograr resultados sin tener que controlar al detalle lo que los diferentes departamentos y agencias debían hacer. Obama preguntaba cómo se debía lograr eso. Convenza a sus subordinados de que la visión de ellos es la suya, le recomendaba Jones. [...] Obama decidió que Jones fuera su asesor para la seguridad nacional.”
“Jones se sorprendió de que Obama lo nombrara para este cargo de tanta responsabilidad y que confiara en alguien que apenas conocía. Jones pensaba que todo se basaba en las relaciones personales, y él no mantenía tales relaciones con Obama.”
“El 26 de noviembre Bush convocó una de las últimas reuniones del Consejo de Seguridad Nacional para analizar un informe muy secreto sobre la guerra en Afganistán, elaborado por el teniente general del Ejército Douglas Lute, conocido como el Zar de la Guerra. El informe concluyó diciendo que los Estados Unidos no podrían mantenerse en Afganistán a menos que se resolvieran tres grandes problemas: mejorar la gobernabilidad, disminuir la corrupción y eliminar los santuarios de los talibanes en Afganistán.”
Viene ahora otro sorprendente episodio, tras el cual estaba la mano del gobierno de Estados Unidos, demostrando el riesgo del que nos habló hipotéticamente el autor de la teoría del “Invierno Nuclear”. Bastaría -nos dijo- una guerra entre Paquistán y la India, los dos países que menos armas atómicas poseen en el Grupo de los 8 que pertenecen al “Club Nuclear”.
Lo que se revela en el libro “Las guerras de Obama”, demuestra que cualquier irresponsabilidad de la política de Estados Unidos puede conducir a la catástrofe.
“Condoleezza Rice no se sintió complacida con el informe. Bush decidió que no iba a hacerlo público. Posteriormente, 10 personas armadas comenzaron a merodear por la ciudad india de Bombay, creando un espectáculo de caos y violencia transmitido en vivo por la televisión durante 60 horas. Seis ciudadanos estadounidenses resultaron muertos. La operación fue organizada por un grupo conocido por la sigla LeT, que significa el Ejército de los Puros, y estaba siendo financiado por la agencia de inteligencia de Pakistán. Bush quería evitar tensiones entre la India y Pakistán. La base de su mandato era cero tolerancias para los terroristas y sus aliados. El FBI se horrorizó al ver que una operación de bajo costo con el uso de la alta tecnología había paralizado a la ciudad de Bombay. Las
ciudades estadounidenses tenían el mismo grado de vulnerabilidad. Un funcionario del FBI expresó: ‘Bombay lo cambió todo.’
“Al asumir el cargo como director de la CIA, Hayden había heredado una organización que, según él, padecía del ‘síndrome del niño golpeado’.
“Obama lo había convocado para una reunión de información sobre las operaciones encubiertas. Hayden consideró que ésta era la oportunidad de probar cuán graves eran las amenazas y cuán seriamente se las tomaba la CIA. Se refirió a 14 operaciones altamente secretas, cuyo objetivo era llevar a cabo operaciones clandestinas y letales contra el terrorismo, impedir que Irán desarrollara armas nucleares, disuadir a Corea del Norte
de no fabricar más armas nucleares, llevar a cabo operaciones contra la proliferación en otros países, operar de manera independiente o en apoyo a los Estados Unidos en Afganistán, aplicar una serie de operaciones letales y otros programas en Irak, apoyar los esfuerzos clandestinos en aras de detener el genocidio en la región sudanesa de Darfur, brindarle a Turquía información de inteligencia para que impida que el Partido de los
Trabajadores en el Kurdistán establezcan un enclave separatista dentro de Turquía.
“El 5 de enero de 2009 Hayden se entera, por un artículo publicado por la versión en línea del diario The Washington Post, que había sido sustituido como director de la CIA y en su lugar habían nombrado a Leon Panetta.
Hayden consideraba que ser reemplazado por un político era una humillación personal. Panetta posee habilidades para construir relaciones personales. Hayden, en su encuentro con Panetta, le advierte: 1) Usted es el comandante de la nación en la guerra global contra el terrorismo; 2) Cuenta con el mejor personal del gobierno federal. 3) he leído algunos de
sus artículos; no vuelva a utilizar las palabras CIA y tortura en el mismo párrafo. La tortura es una felonía. Puede no gustarte pero no digas nunca que hay tortura. Legalmente la CIA no ha torturado a nadie. McConnell le advirtió a Panetta: ‘Tienes que entender la batalla que vas a tener que librar con la CIA, porque ellos te ven como si fueras el enemigo.’
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