6/04/2010

JUPITER Y SU CICATRIZ



Hace casi un año la superficie de Júpiter recibió el impacto de un objeto que dejó sobre su superficie una cicatriz del tamaño del océano Pacífico, reveló un estudio publicado por la revista The Astrophysical Journal Letters.
La marca fue detectada por un astrónomo aficionado australiano en julio de 2009 y su existencia fue confirmada por otros observatorios y después por el telescopio espacial Hubble.
El golpe sufrido por la superficie de Júpiter, el mayor planeta del sistema solar, fue igual a la explosión de varios miles de bombas atómicas de tamaño medio, indicó un comunicado difundido por la NASA en su sitio de internet.
Según los astrónomos, aparentemente el impacto fue causado por un asteroide de unos 500 metros de diámetro y las imágenes transmitidas por el Hubble son las primeras que muestran de manera directa sus consecuencias sobre la superficie de un planeta.
Pero no se trata de un acontecimiento astronómico desusado, pues desde el comienzo de la astronomía se había observado que el planeta sufría el impacto de objetos cósmicos.
Además, en 1995 los científicos detectaron la caída de más de 20 trozos del cometa P/Shoemaker-Levy 9 (SL9) sobre la superficie de Júpiter.
En un comunicado, la NASA indicó que el último impacto y la marca de otros sobre la superficie revelan que Júpiter es un sitio agitado en el cual pueden producirse hechos imprevistos.
"Este solitario suceso nos tomó por sorpresa y solo podemos ver lo que ocurrió después del impacto", señaló Heidi Hammel, del Instituto de Ciencias Espaciales que encabezó el estudio sobre el impacto.
"Afortunadamente, tenemos las observaciones del Hubble hechas en 1994" lo cual ha permitido realizar comparaciones, añadió.
Esos análisis pusieron de manifiesto que el halo de la colisión desapareció rápidamente lo que, según los científicos, constituye una prueba de que se trató de un asteroide sólido y no de un cometa.
Además, la forma alargada del sitio de impacto demuestra que el asteroide cayó de manera oblicua.
Según la NASA, un análisis de las posibles órbitas del asteroide realizado por científicos encabezados por Agustín Sanchez-Lavéga, de la Universidad del País Vasco (España) , indicó que probablemente el objeto cósmico provino de la llamada familia Hilda, un cinturón de asteroides cercano a Júpiter.

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