Por Hiram Soto
No importa qué tan extremista o malintencionada pudiera ser la ley de Arizona para personas con aspecto latino porque finalmente siempre se puede confiar en la sabiduría de las personas que escribieron la Constitución.
Fue por eso que la semana pasada una jueza bloqueó algunos de los elementos más controversiales de la ley, incluyendo una cláusula que obligaba a los policías a determinar el estatus migratorio de las personas que sospechaban que estaban en el país ilegalmente.
La Constitución ha sido el muro con el que se han topado partidarios de la gran cantidad de ordenanzas antiinmigrantes que han presentado en los últimos años. Los funcionarios municipales de Escondido, por ejemplo, tuvieron que retirar una ordenanza que hubiera obligado a propietarios a solicitar prueba de residencia legal antes de rentar una vivienda.
Como no han podido imponer legislativamente sus puntos de vista, ahora han apuntado sus cañones a la misma Constitución.
En los últimos días ambos senadores republicanos de Arizona, Jon Kyl y John McCain, han dicho que el Senado debería considerar enmendar la constitución para negar la ciudadanía a hijos de indocumentados. La ciudadanía está garantizada a toda persona nacida en Estados Unidos por la Enmienda 14 de la Constitución.Qué ironía.
Éstas son algunas de las mismas personas que simpatizan con miembros del Tea Party, que viajan en caravanas por todo el país manifestándose en contra de la Administración Obama y declarándose patriotas y protectores de la Constitución.
Acusan a los demócratas de querer infringir sus derechos constitucionales como portar armas de fuego, libertad de expresión, e incluso algunos consideran a Obama como un presidente inconstitucional porque todavía viven de la mentira de que no nació en el país.
Ahora resulta que quieren cambiar la Constitución.
“Vienen aquí a tener bebés”, dijo recientemente otro senador republicano, Lindsay Graham, del estado de Carolina del Sur.
“Cruzan la frontera para tener un bebé, después van a la sala de emergencia, tienen al bebé, y ese bebé es automáticamente un ciudadano estadounidense. Y eso no debería ser así. Atrae a las personas por las razones equivocadas”, dijo recientemente a la cadena de noticias Fox News.
Estos republicanos saben que enmendar la Constitución es sumamente difícil.
Si se utiliza el método legislativo más común, se necesitaría la aprobación de dos tercios de la Cámara de Representantes y el Senado, y después debería ser ratificado por 38 de los 50 estados del país.
Dudo que el propósito finalmente sea enmendar la Constitución. Sospecho que muchos de estos políticos solamente buscan verse bien políticamente en un año de elecciones nacionales en donde gracias a la ley de Arizona, es temporada abierta contra latinos.
Su base electoral está alborotada, y estos políticos les están diciendo lo que quieren oír.
Si analizamos en el asunto, la inmigración ilegal ha bajado en el último año, así como la delincuencia en las ciudades fronterizas. Entretanto, las deportaciones han aumentado considerablemente durante la Administración Obama.
Pero dejemos a un lado la política por un momento, y regresemos a este asunto de que los indocumentados vienen a Estados Unidos para tener bebés.
Hay algunos que lo hacen. Yo lo he visto, principalmente aquí en la frontera donde las familias de clase media de Tijuana que tienen visa de turista cruzan para tener a sus hijos en hospitales estadounidenses. Tengo un amigo que acaba de hacerlo, y pagó $9 mil dólares por el parto.
Después de tener el bebé regresó a Tijuana.
Pero esos más por la circunstancia peculiar de la frontera. Yo, por ejemplo, pude haber vivido legalmente en Estados Unidos desde muy chico, pero mi familia eligió vivir en Tijuana. México pagó por mi educación y ahora yo estoy rindiendo frutos acá.
Bueno, más o menos.
Pero gran parte de los inmigrantes indocumentados vienen a este país a trabajar. Que después se enamoren, se casen y tengan hijos es otra cosa. Si piensan que negar la ciudadanía a hijos de indocumentados disuadirá a personas de otros países pobres a cruzar la frontera para obtener un mejor trabajo para mantener a sus familias, se equivocan rotundamente.
Estos refuerzos demuestran lo poco que los políticos a cargo de crear leyes conocen sobre la inmigración ilegal, y general sobre la manera de pensar de la comunidad inmigrante o latina.
Finalmente la Enmienda 14 fue aprobada en 1868 después de la esclavitud para garantizar que los negros nacidos aquí fueran ciudadanos estadounidenses, precisamente para evitar la discriminación de ciertos grupos étnicos o raciales.
Ser ciudadano estadounidense por nacimiento es un derecho fundamental de este país, y eso difícilmente cambiará.
Lo que debería ser inconstitucional es la intolerancia.
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