10/23/2010

Relatos del Fin del Mundo 1

 Por Ferney Yesyd Rodríguez
Por fin llegó el tan vociferado 28 de octubre de 1992. Veinte mil fundamentalistas en Corea del Sur, Los Ángeles y Nueva York esperaban el segundo regreso de Jesús. Como sabemos esto no pasó. En diciembre de 1992 su líder religioso, el pastor Lee Jang Rim fue detenido por haber estafado a sus feligreses 4.4 millones de dólares. ¿Pero qué pensaba hacer el pastor Rim con ese dinero si el mundo iba a finalizar? Bueno, el pastor había invertido el dinero en bonos que curiosamente no daban ganancias sino hasta el año siguiente de la supuesta venida de Jesús.
Los humanos siempre hemos anhelado que alguien externo a nosotros venga a solucionarnos los problemas. Pero dudo que esto suceda... Muestra de estas esperanzas es un volante que recibí de una señora Testigo de Jehová que titula "¿Quiere vivir para siempre en el paraíso?" El volante proclama un mundo nuevo, sin enfermedades ni muerte. Pero para gozar de este paraíso que vendrá después del fin del mundo tienes que unirte a su grupo religioso, los que no lo hagan serán chamuscados en una batalla que llamas el Armagedón. En el volante se menciona un verso de la Biblia (Isaías 11) donde dice que en el "nuevo mundo" los leones y las ovejas vivirán juntos y en paz, y los leones comerán hierba. A pesar de lo dulce que puede sonar esto, no puedo dejar de ser escéptico a muchas cosas de esta historia, incluyendo lo de los leones que pastarán hierba ¿Cómo podrán alimentarse de pasto con esas muelas carniceras, ese intestino corto, impropio para un pastador, y sin las mutualistas comunidades de microorganismos que les ayuden a degradar la celulosa? ¡Pobres leones! Pero por el momento dejaremos de lado a los mencionados creyentes y a sus leones que comen hierba, para mirar este tema del fin del mundo desde otra óptica: ¿Es reciente el tema del fin del mundo? ¿Desde cuándo se introdujo este elemento en las religiones? ¿Qué podemos aprender de estas predicciones fallidas?
No todas las culturas han establecido creencias relacionadas con el fin del mundo. El hinduismo y el budismo tienen una visión de ciclos de nacimiento y renovación. Incluso el budismo contempla la idea de varios universos simultáneos. Las religiones que promulgan un fin del mundo son el cristianismo, el islamismo y el judaísmo. El cristianismo tomó el tema del fin del mundo del judaísmo al igual que el islam. Sin embargo, pocos saben que las creencias de un fin del mundo no se originaron en el judaísmo.
Hablando sobre el origen de la literatura apocalíptica el historiador Guillermo Fatás de la Universidad de Zaragoza nos cuenta que
"…la literatura apocalíptica es muy antigua y no se origina, como se ha visto con el Cristianismo: la cuna de esta visión particular del fin del mundo es, según todos los indicios conocidos, persa y conexa con Zoroastro. En suma, los apocalipsis tratan del último episodio de la titánica lucha entre el Bien y el Mal, en cualquiera de sus formas, pensamiento que, aunque de apariencia maniquea (de nuevo, la cultura persa), no es ajeno a la Biblia. En su época de esplendor, el complejo de pueblos iranios (medopersas) al que pertenecieron Zoroastro y su religión conquistó Mesopotamía y, con ella, la famosa Babilonia. En Babilonia vivía entonces en cautiverio, con otros pueblos más, la comunidad judía, exiliada a la fuerza desde los años de Nabuconodosor, el último de los grandes soberanos semitas del área. Cuando Babilonia fue tomada por los persas, el rey Ciro permitió a los judíos que lo desearan regresar organizadamente a Jerusalén…"
"En esos años, algunas de las grandes ideaciones literarias del mazdeísmo prenderán con vigor en el judaísmo y desde éste, siglos más tarde, pasarán sin intermediación al cristianismo, como un género ya constituido, completo, en el que solo se introducirán, desde el punto de vista de la estructura general y narrativa, variaciones de detalle y las modificaciones exigidas por la peculiaridad de cada creencia: Ormuz (o Ahura Mazda) y Ahrimán serán sustituidos por Dios (Yavhé) y Satanás o alguna de las concreciones de éste y la mediación salvífica será encomendada al Mesías de la casa de David. Este exordio erudito era necesario para centrar los antecedentes del Apocalipsis cristiano, que naturalmente, están en el Antiguo Testamento. El más importante de esos precedentes es el Libro de Daniel, que narra lo sucedido al profeta judío y a sus allegados durante los reinados de Nabunodosor II, Baltasar (que no fue rey de Babilonia, aunque se le llame así en el texto bíblico), Darío I fue posterior a Ciro II el Grande, al revés de lo que dice el texto profético. Sucede, sencillamente que el Libro de Daniel no se escribió en la época que aparenta estar escrito, sino mucho después, cuando en el judaísmo se puso de moda el género apocalíptico y el redactor ya no tenía conocimiento directo de los sucesos ni acceso a registros fiables sobre la sucesión correcta, muy abundantemente documentada, de los soberanos del Imperio Neobabilonio (el de Nabuconodosor) y del Imperio persa (el de Ciro y Dario)"

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