Nancy Flores
Bajo el argumento de tener un sistema corrupto, que no garantiza justicia a su sociedad, el gobierno ha ido cediendo en el tema de extradiciones a cambio de la “cooperación” financiera estadunidense. El peor momento se vivió con el panista Felipe Calderón Hinojosa, cuando 587 mexicanos fueron entregados a la justicia estadunidense y allá compurgan o compurgaron sus penas, además de pagar multas millonarias a las arcas de ese país.
Aunque lo peor ocurrió en ese sexenio, en el gobierno de Enrique Peña no estamos mejor: en los primeros 4 años (2013-2016), 268 presuntos delincuentes fueron entregados a Estados Unidos, refiere el informe US-mexican security cooperation: the Mérida Initiative and beyond, publicado en junio pasado por la unidad de investigación del Congreso estadunidense.
A éstos se suman los extraditados en lo que va de 2017: al menos otros 6 individuos acusados de diferentes delitos, entre los que destaca Joaquín Guzmán Loera, “el Chapo”.
El caso del líder del Cártel de Sinaloa sobresale porque es la clara muestra de la sumisión de este país frente a nuestro vecino del Norte: esta extradición se había dilatado al punto en que se pensaba que no ocurriría, pero sorpresivamente se dio el 19 de enero de 2017, apenas un día antes de que Donald Trump asumiera la Presidencia de Estados Unidos.
La “coincidencia” con la toma de posesión fue vista como un guiño al nuevo gobernante que, sin embargo, despreció el gesto y continuó con sus amenazas de construir el muro en la frontera Norte y renegociar ventajosamente para su país el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, de por sí perjudicial para la mayoría de los mexicanos.
Tan perjudicial como lo es esta política de extradiciones, que somete al sistema de justicia mexicano y nos muestra incapaces de aplicar nuestra propia ley.
Política que ha conseguido que entre enero de 1995 y julio de 2017, 1 140 mexicanos fueran extraditados a Estados Unidos: 68 con el priísta Ernesto Zedillo; 211 con el panista Vicente Fox; 587 con Calderón, detalla el informe del Congressional Service Research; y al menos 312 con Peña (Excélsior, 26 de abril de 2017).
El sometimiento de México es bien visto en Estados Unidos.“Durante el gobierno de Calderón, las extradiciones fueron un indicador que el Departamento de Estado utilizó como ejemplo del éxito de la Iniciativa Mérida. Con Calderón, en promedio, México extraditó a más de 100 personas por año a Estados Unidos, un gran aumento respecto de la administración anterior. Cuando el presidente Peña Nieto asumió el cargo, las extradiciones cayeron a 54 en 2013, pero han aumentado a 79 en 2016”, indica el informe US-mexican security cooperation: the Mérida Initiative and beyond.
El análisis del Congressional Service Reasearch dice que, después de la extradición del Chapo, las autoridades estadunidenses esperan que el gobierno de Peña Nieto cambie su postura y extradite a más presuntos delincuentes.
“Aunque México resistió la presión para extraditar a Guzmán a Estados Unidos (donde enfrenta múltiples cargos) luego de su captura inicial en 2014, desde entonces el gobierno ha demostrado más voluntad de aprobar solicitudes estadunidenses de extradición”. Indica que tan sólo en septiembre de 2015 fueron remitidos 13 importantes narcotraficantes a ese país para ser juzgados en sus cortes.
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